lunes, 30 de junio de 2008

huesped

el parasito que transitaba la leche durante el año pasado, pegajoseaba las noches con el sudor de la brea con la que ahora nubla mis orgones, los decora de gris-negro-alquitranado, vive dentro de una urna ortopedica que cuelga invisible sobre el abismo de su ranura-ventosa, esta molecula se ha saturado, milla por milla del orden de expresion alfanumerico que mecanizaban el circulo de mis acciones, tomando formas inexactas, puntillosas y neoliticas.

solo consta de una elevada prisión de imagenes tubulares perfectas, haciendo sesiones escritas con la punta de su aguja ante la cual comparecen insectas-antenas microbianas dispuesta a comprarle ansiedad, donde al parecer solo resuenan entre el aire silente; los tambores filosos de las tribus-plasma; hechos con fibras de pulmon y madera aerea galvanizada, los cuales se interruptan dentro si formando un delgado ideograma salpicado de paisajes sonoros de ritualismo inusual, cristalizado.

distando de la escasa tela pancreatica de los dias y los años que siguieron a su lanzamiento, amenazando con quedar viva y pulular en una mansion estroboscopica con fluidos de xenón vegetalizados en la alcoba digestiva de sus cuatro estomagos, asi que solo fluyó mas rapido que un nanosegundo...

de modo que le han codificado una identidad secreta de forma inhumana, pero la precaridad en las hospitalidades publicas ha hecho que esta convierta en una estructura filiforme, deformada e incorrupta, las propiedad de su materia se han dislocado como soteas amarillas a la lluvia, pierdiendo adherencia, estabilidad, resistecia al pulso, sabe muy bien sobre mi artificialidad; asi aprovecha para desecharme en forma de succion, risas o limitadas nauseas.

esta amistosa lamprea con cinco ventosas computarizadas, baja la colina de infinitos pixeles sangrados en un buque compacto de espirales rojo siniestro, practicando el estaticismo en medio de un interminable bullicio de basura electronica, voces moduladas bajo amplificacion de periferia continua, chillidos humanos en corporeidad de lagartos, vastos rotulos de inflorescencia orinados con la madrugada, reproduciendose solos mientras salpican los costados insipidos del cuarto ojo; danzando sobre las enes inscriptas en forma de emblema tallado sobre el jabon ascii.

y alli se queda velada, en los codigos impenetrables de las burbujas que salen de la piel, viajando y viajando disuelta dentro de mi como una capsula reductora de peso en la grasa.

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