lunes, 7 de julio de 2008

Rat Rar Raw

Rat Rar Raw

Están de pie y de rodillas, simultaneamente. picoteando en la undécima esquina de la calle seis, un espantoso lugar enterrado donde todo es muy calmo, despejado y desagradable, feliz y exasperante. es la enésima maravilla universal de los órganos embotellados, implantados, superpuestos en un basurero donde cada gota caída del asfalto al vidrio se encuentra tan nublada como una bola de manteca con pelos, es como el reflejo, un reflejo continuo de un espejos de argamasa calientes donde todos los cuerpos-caverna cruzan sus rutas atrapados por la ciudad y sus semilleros, las aceras y su escaparates relicarios.

de modo infestado lo presiento a lo lejos; es como si el amanecer en la calle seis abriera sus ojo llenos de sal sin yodar a lustrosas plagas amarillas, antifaces hertzianos sumergidos en unos carritos relámpagos de carne, destartalados, sobre una plataforma de juegos miserable en un parque de diversiones en llamas, sin risas, apagado y entumecido, aventajado como un rostro de cera y esperma totalmente sonriente, desabrido y sardónico.

es un sitio a la deriva donde cada molécula se convierte en algo incrustado en el iris de una manera casi lagañosa por enormes gnomos flexo-gráficos que custodian las entradas de cualquier establecimiento, con cachiporras de gelatina rastreando las botellas, en algunas ocasiones, cuando amanecen con los nervios metidos el café hirviente, se deslizan a lanzar perdigones de goma a quemarropa desde armaduras negras, cuando el problema no era en realidad café, nada mas que simples mandatos de alguien, como antropófago de binóculos y botas que se lanza desde una azotea cayendo al placido cemento acolchonado –es una siesta-dice, así que reúne de inmediato el escuadrón anti-bocas y justifica sus ordenes repelentes en la temperatura anual de los cafetales, y así se lanzaban en horda similares unas a otros, a por los desarmados.

Entonces allí en ese pequeño instante todo se detiene, convulsiona, el reloj de sol es opacado por la luna, todo empieza a ir muy mal, todo guisante es luz opaca, todo recuerdo anticipado es perico, recuerdo de una hez de pajaro: aches rotas como una impecable mordida de pringamoza o a lo mejor sea el destello luminoso de un orgasmo de plomo, algo germinado de forma involuntaria en una especie de tibungos de barro, lejos, en una distancia finita parcialmente eléctrica; cielo parcialmente desgarrado: Max bocas del aire narra un cuento de aquella vez en que vendimos las nevadas a los mierda de pera, el sol volvio arrojar-senos y para la luna permanecera incrustada en las sopas, te enloquece tu mocicleta ¿verdad?

estabas siendo emitido desde nada mas y nada menos que una bombilla de fotones estériles y regionalistas pedazos de icopor, con largas descendencias de vástagos y verdugos, es intenso, incansable, siento como si nunca se hubiese consumado algún movimiento en la calle seis, como si hiciera parte de una cadena de errores y bares cósmicos confabulados en serie por un no mutante, un búho sectario que relincha y envejece, plastilina seca que es carroña viva explayada a un sol un brillante y espumoso, tapizado en cuero de roedor amarillo en fiebre roja escupida, esta allí, detrás de su cuerpo sin necesidades, sistema excretor interno, mugiendo con su vaso intacto de güisqui de agua contra el aire.

Atención, porque es una manifestación desastrosa la que vamos a ver sin la lentilla dulzona, es una no filmación de una película trasgresora rodada con el patrocinio de la uñas blancas de un dinosaurio en ascuas, las cuales; curiosamente están pintadas una tras de otra de negro claro verdusco, finas manos de enterrador-común, fingidas capas de parafina parafernal expeliendo aberrantes aromas a hospitales infectos, cuchitriles porno, valles sintéticos, bibliotecas quirúrgicas, aunque se nos haga quimérico describir su procedencia con métodos tan simples como la observación, es evidente que aquella circunvolución de hematomas parece mas una ralea incontrolable de injertos humanos inconclusos, como un circo de principiantes con el gran numero central de el trapecista pocos cm del suelo.

a mi en lo personal, que no soy nada en persona, ni enterada, ni me atrevo siquiera a salir de la casa por amor a las fosas inermes, me aterra de sobremanera las obscenas velas de metal con que aquellos cuerpos incorruptos donde nuestro personaje Benjamín Klint el gran conductor de la luz electriza no logro dar a la luz desde propia formalidad masculina ambigua, algún evento de cambio, La Vaca Andrógina lo llamó el gran Vargas Vila, y yo lo he visto como permanece en su útero vitrificado de madera; como una especie de camaleón-coral milenario embutiéndose a si mismo, en cueva. es decir, el gestándose dentro de su congelado ambicionar, lo recuerdo meciéndose en las bandejas nanométricas ensangrentadas de las parcelas, y el aliento infernal de la propiedad privada, las hipodérmicas curadas en el agua hirviendo de quienes son objeto de reprehensión, objetivo de las autoridades kimono-obelisco. ¿recuerdan el capitulo de gnomos con armaduras negras y perdigones?

En un indescifrable mes para la turba, Benjamín Klint (B.Klint) tomaba en su cripta central un gustoso té hierbas violetas y un día cualquiera se dio cuenta, lo eligió al azar en una calendario de mansalva como ninguna otra; pensando en lo cómodo vida artificial, se dedico a imaginar que en uno de sus sueños, en uno de sus vertederos esta vez no era el gran Yahveh del planeta, esta vez no era la cucaracha mas grande del universo; ni las mas resistente-atómica, no, esta vez solo era el escollo infecto de B.Klint, el astuto poseedor de un gran y diminuto almanaque, pues pasado tanto tiempo una hoja del Bristol era un objeto neolítico con el cual era posible sembrar amanitas muscarias en un closet lleno de trajes de oropel y petróleo en bruto; estaba allí descrito en letra de imprenta hebefrénica, que con nada mas que los picos roñosos del padre o hijo de un cardume de gallinazos cerebrales, los cuales sin ningún inconveniente podrían ser uno mismo y los suyos, obtendría su cultivo fungí, o simplemente el haría lo que fuera subastarnos a uno de sus puercos estómagos ralos en otros países.

amigos puritanos, comerciantes de cerebros, infelices atomizadores de mostaza, degolladores e inventores de enigmáticos de balbuceos y miserables caras de papel reciclado, me he dado cuenta como lo hacen, se que creando la coordinación fractal adecuada en todos los canales y puntos posibles; es fácil vender a los psiquiatras del dominó, cafeteras sulfatadas en los manicomios atestados de zancudos, baba y orina.

Claro esta, algunas veces se escapaba algún dato, algún matachín o chillido no encaja en un receptor mal programado o prestando el mínimo de atención, pero eso no interesaba en absoluto, B.Klint Hacia lo que se le antojara con sus hormigas, mientras la lluvia no cortara las emisiones cableadas de la noche obtusa, el podía hacer del cuerpo en el hipermercado ¿han visto mas de una hora un canal muerto? el adormecedor shhh shhh shhh hora tras hora poblando la silla, pareciera como si algún gusano sedoso navegara sus mentes. Así es B.Klint un canal muerto en medio de miles de transmisiones letárgicas.

Pues creerán que nuestro personaje miraba una a una las cabeza de sus contertulios, les apuntaba con un extraño objeto metálico de fabricación Chinabop el cual salía de su boca agrietada, algo parecido al vagón de la turbina izquierda de un paracaídas atascado a 3000 pies, palabras salseadas de estiércol formal y falsedad acostumbrada, y con sus estilizados lentes bifocales fabricados con suprema pericia por un ensamblador Tailandés de cuatro pares de metal Chinabop, identificado en las listas como un fino espécimen plástico de la industria 4 de objetos moldeables, B.Klint forjaba desde allí con sus lentillas ultra-silenciosas y el traje típico nacional su descarado discurso incongruente, su vocablo sin conexión medial, su mierda risible para la gente en coma, pero que de alguna manera, quizás telepática o por medio de psicología inversa, los receptores lo acogían sus locuciones a modo de sus exigencias, aunque el les estuviese hablando de las deyecciones de jalapeños dulces que el provocaba a control remoto a los ojos en casta de su querida madre, algo que solamente puede provenir de su pequeña, brutal y laureada mente.

De esta impredecible manera emitía con ese fútil rostro de embanderado, su granizado de triunfador catódico, respaldado ciegamente por una turba embuchada de silentes esqueletos, como haciendo parte una misión poluta que nunca existió pero que guarda que cierto caudal milenario de innecesarias invenciones, llamaban la igualdad y ella no asistía porque no era nada mas que una masa con increíbles rasgos parecidos a una pozo desplumado por cinco o mas pelagallos, lagartos, asesinos de muñecos de ventrílocuo controlados a distancia en idiomas ajenos al suyo; y ellos solo se esfuerzan en contestar con decretos, esos espantajitos dentro en un lugar donde el 91% es una cifra errónea y 5 mas 1 es un puñado de labios microbianos culpables de todo pero que innegablemente son responsables de nada. que no son capaces de disfrutar en hamaca la plenitud de la pena de muerte.

En su segmento periodístico: El Grillete, se hallaba B.Klint frente a la cúpula de la calle seis abriendo un tubo de cerveza podrida, era como una pecera en la que había pasado el tercio de un día y medio cruzando esa avenida en un inestable triciclo blasfemo por las líneas de su país calcinado, llevaba unos 6 años en eso, calcinando llantas, tratando de ganar el parqués y ser la victima, pero B.K no tenia conciencia absoluta de las líneas territoriales del Tío/Rico (que yo reparto los billetes, que yo quiero se banquero, que me escojo la ficha transparente) B.K había recibido instrucciones su aniquilamiento, B.K tenia el mapa de su casa lleno de desperdicios avícolas en sus manos.

A ciencia cierta y que me dispense Elkin ojos de larva, llamandome desde la malaria, pero B.K era una indeterminable bestia maquinal con rostro benevolente, y que diga que no, que nos lo diga a todos metidos en los microscopios, que relate desde las plaquetas de glóbulos blancos podridos que B.k estaba muy bien agarrado a las divisiones cableadas de sus falanges, para engrandecer su espíritu y el de una masa minúscula quelo puso en ese lugar coronado como un mono aullador en el profundo bosque-páramo de los andes.

No es necesario conocer el rostro de B. Klint una vez mas, para saber que seguirá allí postrado otro ¼ de hora y los receptos ignoraban que clase de buitre oceánico era. Les aseguro que no era un mono sin pilas, no estaba en los andes, ni mucho menos les está ultrajando, el solo juega en sus ramas con sus pelotas, se los dogmatizo yo que nunca fui a verle a la calle seis, Pero algo si pregúntese... ¿Uds ya despertaron ciegos de luz para ver el hambre de quien está pintando bestiales acuarelas en su espejo?

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